La escalera

Proyecto de creación Afe


Sebastián Villagrán Vandorse
Abstract



La escalera es un proyecto de creación, que a partir del video ensayo y el ensayo sonoro, busca situar la representación de la experiencia estética para la descripción y puesta en valor de una obra de arquitectura, así también su posibilidad como práctica estética e investigativa. El trabajo está situado dentro del contexto de la segunda etapa de la modernidad viñamarina (1950-1970), que en la ciudad balnearia consolidó un cuerpo aproximado de 35 edificaciones, las cuales, en respuesta a las ordenanzas y regulaciones locales, constituyeron una modernidad de mediana escala (4-5 pisos): situación donde la escalera, jugó el rol principal en la comunicación y la articulación de la vida del edificio, permitiéndose además adquirir una condición plástica y visual determinante en la imagen de la ciudad. 
El caso de observación y experimentación es el espacio de la escalera principal del edificio Liguria, ubicado en la población Vergara de la ciudad de Viña del mar y construido en el año 1958.Este trabajo instala, dentro de la discusión de modernidad, una visión que integra el valor de la subjetividad y la observación en los diferentes fenómenos asociados a los sentidos y a la relación con la corporalidad como construcción de una experiencia estética. Es también una vía para colocar la creación artística como herramienta y como medio de producción de conocimiento para la arquitectura, vinculándose con las metodologías de otras disciplinas relacionadas con el arte.El presente ensayo construye una ruta reflexiva y metodológica hacia la construcción de una manera de observar y de registrar aquellos fenómenos asociados a los sentidos, entendiéndolos como un valor fundamental, dada su capacidad de impactar la sensibilidad de su observador. La estructura del texto abarca la reflexión personal y la discusión de diferentes autores que han trabajado sobre la historia moderna local, la idea de la experiencia sensitiva dentro de la arquitectura, y diferentes artistas relacionados con la creación audiovisual, permitiendo un cruce entre la historiografía moderna y una narrativa construida desde la propia subjetividad como observador.


(Leer ensayo escrito aquí)

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¿Cómo se representa una experiencia?



Video ensayo de tres tiempos sobre una experiencia estética y sensorial
en la escalera del edificio Liguria

 

                                                                                                                              










Capítulo 1: Experiencia visual

Fenómenos asociados a la visual que van acompañando el acto de subir y bajar por la escalera, fenómenos que ocurren de manera simultánea y donde los principales actores son la luz y la sombra. La experiencia visual compromete un estado de observación sobre como aquello que se presenta frente a nuestros ojos puede dar cuenta de un espacio cargado de relaciones y apreciaciones estéticas, que, al ser en la mayor parte de los casos, temporales, no solemos observarlas con mayor detención. El ejercicio de la experiencia visual pone el ojo en espacios que no son observados en la cotidianidad, o cuya presencia puede pasar totalmente desapercibida o ser de desconocida naturaleza. Un punto relevante dentro de la experiencia visual, es la observación a diferentes distancias, desde aquellos fenómenos que ocurren frente a nuestros ojos de manera evidente, como aquellos en los cuales se debe comprometer una distancia corporal mucho más cercana. Pallasmaa en su texto: Los ojos de la piel, la arquitectura y los sentidos señala que el ojo es el órgano de la distancia y de la separación, mientras que el tacto es el de la cercanía, la intimidad y el afecto. El ojo en este caso es un investigador, y establece una distancia con el espacio tal para poder observar sin la necesidad de tocar.  Sin embargo, no deja de ser una experiencia enriquecedora, en la medida que esa distancia nos permite adquirir una perspectiva en contexto, es decir, observamos un fenómeno, y a la vez estamos viendo sus activadores, sus mediadores, incluso sus detractores, podemos ver el cuadro completo, pues observar también es un tiempo de detención frente al espacio, permite reflexión.

La luz y la sombra actúan como un índice, que va estableciendo un relato del espacio en la medida que advierte la presencia de elementos, condiciones, texturas, cambios de color. La sombra es capaz de develar otras condiciones del espacio, en el caso del Liguria, los muros blancos que abrazan la escalera son a la vez los lienzos sobre los cuales la sombra dibuja la presencia de otros elementos al estar en contacto con la luz, una especie de abstracción de lo que sucede más allá de los muros. Tanizaki en “El elogio de la sombra” nos cuenta como al observador occidental, no familiarizado con la sencillez de la arquitectura japonesa, adquiere una sensación de desnudez, de una arquitectura sin ornato, sin captar el enigma de la sombra.

Es entonces esa condición de la sombra, la que nos permite apreciar todo lo demás, un espacio en blanco que recibe constantemente fenómenos visuales de luz y sombra que le dan vida al material, le permiten salir de lo estático y demuestran dinamismo y una sensación de ser impredecible.

No menos importante en esta experiencia es el color, cuyo fenómeno, al igual que la sombra, se caracteriza por ser, en palabras de Steven Holl en “Cuestiones de percepción” (2011) un fenómeno indeterminable y afirma que las propiedades únicas de los colores reflejados y los proyectados apuntan en enorme campo de acción en la fenomenología, cuyo impacto en la experiencia opera según la luz disponible, así como adiciones variables.  Es así como una experiencia visual en un espacio cargado de variables de luz, sombra, colores, materiales, van desencadenando diferentes estímulos para el ojo, en una calidad de espectador, pero también un ojo crítico comprometido a sentir desde otros medios, pues nada es estático ni permanente, al contrario, cada segundo es una experiencia diferente.














Capítulo 2: Experiencia háptica

Este capítulo hace alusión al Reino de lo háptico (Holl, 2011), pone el ojo en el detalle, la escala y la huella del tiempo, siendo lo táctil el principal activador de una experiencia sensorial. Proximidad, texturas, cambios de plano y la expresividad plástica asociada a la mano y al cuerpo. El detalle a gran escala se transforma en escala humana en la medida que puedo dimensionarla y apreciarla con mis propias manos. Esta experiencia aborda una serie de fenómenos mediados por lo táctil, en los espacios diseñados para el cuerpo, así como en la aproximación a diferentes espacios y transiciones de la escalera, donde usualmente no se establece esa relación corporal, pudiendo abrir nuevas subjetividades relevantes para la experiencia del sentir.

Merleau Ponty (1957) en su texto fenomenología de la percepción afirma que el sentir siempre implica una referencia al cuerpo,    lo que podríamos asociar a una experiencia del cuerpo con el espacio y sus elementos dentro del campo de los fenómenos.  Volviendo al argumento de Pallasmaa sobre la relación entre la visión y el tacto, en este caso, el tacto permite entrar en contacto con la arquitectura por medio de una relación de proximidad, donde entran diferentes variables como la temperatura e incluso el tiempo. Es así como el mismo Pallasmaa se refiere en el capítulo Materialidad y tiempo al rol de la expresión de las materialidades, al entrar en contacto con el tacto, en la medida que dan cuenta de su edad y de su historia, la pátina del desgaste añade la enriquecedora experiencia del tiempo a los materiales de construcción.  

Entonces, al hablar de una experiencia háptica, constituimos un diálogo con el espacio construido en la medida que percibimos cada detalle y podemos otorgarle un tiempo, un valor o una condición especial. Tocar la baranda de bronce en una helada mañana costera o hacerlo en un caluroso atardecer, poner las manos sobre un peldaño de mármol un día lluvioso o acercarse al quebravista, rugoso y frío como intermediario con la intemperie, o sentir pieza a pieza las cuadrículas de los mosaicos cerámicos que están en el acceso del edificio Liguria habiendo recibido los rayos del sol durante todo el día.

Por otro lado, lo háptico nos permite entender y dar escala a las cosas. En la medida que vamos tocando los diferentes elementos de la escalera del Liguria, vamos haciendo referencia al cuerpo, a la posibilidad de percibir con las manos o de poder dimensionar un detalle: un bloque de concreto o una balaustrada de acero con pliegues. Vamos comprendiendo como el espacio ha sido pensado para esta relación corporal. Podemos incluso especular nuevamente sobre el tiempo, cuando la huella del desgaste ha modificado la continuidad de una baranda y haproducido diferentes deformaciones por un uso prolongado por más de 65 años, dando cuenta de como la presencia humana, en su cotidianidad, es capaz de plasmar una huella en el edificio.

El video ensayo de la experiencia háptica, indaga sobre cómo el mundo de lo táctil tiene representación en la escalera y en su entorno, a partir de los elementos diseñados para recibir a la mano, así como también la huella tangible de la tactilidad del espacio, del deseo de tocar y de cómo esa huella permanece y les otorga una nueva condición a los elementos y especialmente a su espacio.











Capítulo 3: Experiencia auditiva

¿Qué percibimos cuando no podemos observar lo que nos rodea? Una experiencia sin imagen, donde se agudizan los sentidos y donde los elementos cobran relevancia en cuanto a las situaciones que son capaces de representar por medio de la escucha. La sensación de interior-exterior se percibe en el tipo de sonidos que van ingresando a la atmosfera experimentada, componiendo una sucesión de eventos de la cotidianidad en un espacio intermedio del edificio que dialoga entre lo público y lo personal. En la experiencia sonora, la relación que establecen los elementos de la escalera con el medio es relevante, pues además son capaces de contar una breve historia, de advertir diferentes condiciones de la escalera y de jugar con la percepción de escala. El registro sonoro representa una síntesis de la atmósfera producida por la escalera cuando todos los factores están en acción simultánea, sin la necesidad de una comprobación visual. “Podríamos redefinir el espacio al desviar nuestra atención de lo visual a como queda configurado por los sonidos resonantes, las vibraciones de materiales y texturas”  afirma Steven Holl en su texto “Cuestiones de Percepción” (2011) señalando el rol del sonido en el espacio fenoménico,  pudiendo ser absorbido y percibido por todo el cuerpo. Podemos tener nociones de profundidad, componer un cuadro completo solamente son una interpretación a partir del sonido de la escalera.

Cada elemento adquiere una nueva representación traducida a estímulos auditivos que impiden que las imágenes se pierdan en el tiempo. El sonido particular del paso en un peldaño de mármol, o el viento que traspasa el quebravista, las aves que anidan en el exterior y el sonido identitario de la cotidianidad del edificio, construyen una sonósfera representativa y rica en significados que quedan almacenados en la memoria.

Natalia Bieletto-bueno (2023) en un análisis de las posibilidades del arte sonoro y de la problematización de la escucha como fenómeno y como objeto de estudio, agrega que: además de ser sensación, la escucha también es emoción, pues el sonido y sus características se manifiestan como una fuerza física táctil, pero también evocadora de las memorias y emociones fijadas en el momento de la escucha primordial.

Tenemos así que la escucha es un evento que desdibuja la frontera entre sujeto y objeto. Además, al ocurrir, la escucha plantea problemas complejos de la organización de todo sistema y sus partes, (materiales, simbólicas, culturales, tecnológicas, históricas etc.), y hace que ante nuestra consciencia los seres y las cosas aparezcan en su multidimensionalidad.

El tercer capítulo de este ensayo entonces es una invitación a aproximarse al fenómeno de la escucha como una experiencia sensible, que juega con la idea del espacio que estamos percibiendo a partir de una serie de estímulos sonoros propios del registro de la cotidianidad de esta escalera y de todas sus componentes y cualidades.







Registros de una experiencia cargada de sentidos, emociones y significados al interior del espacio de la escalera






Acerca de el Edificio Liguria





Edificio Liguria, ubicado en la población Vergara de la ciudad de Viña del mar y construido en el año 1958 por los arquitectos Alfredo Colombo, Hugo Moletto y Federico Guevara, como encargo de segunda vivienda para una colectividad de inmigrantes italianos que vieron en Viña del mar, la oportunidad de una nueva vivienda cercana al mar. El edificio es parte del cuerpo de obras de la modernidad local a mediana escala (4-5 pisos) como una respuesta a las exigencias normativas de la época para el sector de la población Vergara, primer gran espacio residencial de la ciudad.

Caracterizado por sus mosaicos exteriores, y su representación exterior de la escalera por medio de los bloques quebravista, el edificio Liguria ha sido uno de los grandes enigmas de la modernidad local, pues hasta hace solo el año pasado, no existían registros de su interior ni documentos que den cuenta de su historia. Esto fue uno de los principales incentivos para poder ingresar y documentar aquello que permanecia desconocido de este edificio para la ciudad.






Tesista del Proyecto Fondecyt Regular1221469  El imaginario modernizador del muralismo en Chile. Investigador responsable Dr. Rodrigo Vera Manríquez.